
Usos terapéuticos de la psilocibina en pacientes con cáncer terminal
Luciana Aguirre Bourillón | Abril 2022

Resumen:
El presente trabajo propone y examina la utilización de la psilocibina en intervenciones psicológicas para pacientes con cáncer avanzado, ayudando a tratar la depresión y ansiedad que se puede presentar en ellos. Con este fin se revisaron las investigaciones de los siguientes académicos expertos en el tema; Roland Griffiths (2016), David Serrano (2009), William Richards (2016), Ethan S. Hurwitz (2019), entre otros. Los resultados de esta investigación académica documental evidencian la necesidad por promover una mejor salud mental en el mundo, y la grandiosa correlación y solución que puede ser la psilocibina. Compuesto que ha demostrado ser capaz de aumentar la neuroplasticidad en el cerebro, ayudar con la depresión y una de las experiencias espirituales/místicas más importantes en las vidas de los pacientes.
Palabras clave: psilocibina, cáncer, depresión, terapia, salud mental.
Introducción:
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud podemos definir la salud cómo, “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” (OMS, 2021, párr. 1). Por lo que, entendemos que la salud mental tiene un gran peso dentro de la salud general del ser humano, esta no depende solamente de si tu estado físico está en óptimas condiciones.
Tristemente, no se da la relevancia necesaria al cuidado y tratamiento de la salud mental como se necesitaría que fuera; 1 de cada 5 jóvenes sufre de una enfermedad mental, eso es sólo 20% de nuestra población y aun así solo el 4% del presupuesto total de salud mental es gastado para eso (World Federation of Mental Health, 2018). Con base en estos números tan preocupantes, es que nos podemos dar una mejor idea de la gravedad del problema de salud mental mundial y percatarnos de la urgencia de que la salud mental sea propiamente tratada y tomada en cuenta.
El cáncer es una de las enfermedades más comunes y mortíferas hoy en día, esta enfermedad consiste en una alteración biológica y genética donde las células anormales se dividen sin control y destruyen los tejidos corporales. Debido a que esta es una enfermedad que hasta ahora no se ha descubierto en su totalidad como erradicar, es asociada con la muerte.
En consecuencia, la mayoría de los pacientes que la padecen suelen presentar cuadros depresivos u otras complicaciones mentales. Esta relación ha sido investigada por científicos con el fin de descubrir las razones y ayudar a las personas a lidiar con ello.
Con el fin de investigar y conocer dichos problemas mentales en los pacientes de cáncer, se revisó una investigación sobre los factores predictores de sintomatología de ansiedad, depresión y calidad de vida global en pacientes mexicanos con cáncer de próstata, en la cuál concluyeron lo siguiente:
Los hallazgos de este trabajo subrayan la gravedad de la depresión en pacientes con cáncer de próstata y sugiere la necesidad de un mejor enfoque clínico sobre los síntomas depresivos, específicamente porque hay recomendaciones recientes para identificar con mayor precisión la depresión entre estos hombres, a fin de reducir su duración y severidad. Esto es relevante porque los pacientes con cáncer de próstata que padecen depresión están en mayor riesgo de cometer suicidio debido a su sexo, edad avanzada, diagnóstico de cáncer y a menudo su estado de viudez. (Espinoza, 2020, p. 149).
A lo largo de la historia del ser humano, se han investigado y buscado diferentes formas de conocer la mente humana y de tratarla. En los años 60 se comenzó una nueva investigación psicológica en cómo los psicodélicos pueden ser de gran utilidad para el descubrimiento y entendimiento del psique humano. “Griffiths cree que los psicodélicos no son solo herramientas para explorar los confines de la mente humana. Dice que muestran un notable potencial para tratar condiciones que van desde la dependencia de drogas y alcohol, hasta la depresión y el trastorno de estrés postraumático” (Schiffman, 2016, párr. 5). Dentro de lo que podríamos denominar “drogas psicodélicas” podemos encontrar los hongos alucinógenos, sustancia que será, en este caso, nuestra herramienta y objeto de estudio.
La psilocibina es un compuesto natural alucinógeno, que se encuentra en 200 especies diferentes de hongos. Esta sustancia es extraída farmacológicamente y se emplea en tratamientos experimentales (Salgado, 2020).
Este texto tiene como objetivo informar a sus lectores sobre los beneficios del uso de la psilocibina en tratamientos psicológicos guiados para los pacientes que sufren de cáncer en alguna etapa avanzada, mostrar cómo es que estos tratamientos se llevan acabo, se vigilan y controlan y los cambios que estos generan en la vida/salud mental de los participantes.
Con la ayuda de los psicodélicos se puede modular la conectividad cerebral y soltar patrones de pensamiento depresivos, incluso abandonar comportamientos como el uso de sustancias adictivas (Riba, 2017). La aplicación de psicodélicos como la psilocibina en personas con cáncer, puede ayudar a que estas sobrelleven de mejor manera esta enfermedad, los pensamientos negativos y sobre todo el miedo a la muerte que se puede llegar a generar.
A continuación, se desarrollarán los argumentos principales para la comprobación de la tesis planteada: como funciona a nivel cerebral, como es que se realiza la terapia en estos pacientes y la forma en la que esta experiencia es comprendida por los participantes.
Métodos y materiales:
Este trabajo se realizó con la finalidad de comprobar y exponer los usos terapéuticos que la psilocibina tiene en pacientes con cáncer avanzado. Razón por la cual se revisaron textos académicos experimentales como: De la Fuente, M. 2017; Schiffman, R. 2016; Griffiths, R. 2016. Por lo tanto, este texto tiene un enfoque cualitativo y una metodología de investigación documental.
Desarrollo:
Los psicodélicos han sido foco de interés de los eruditos psiquiatras desde 1950 ya que estos nos dan la posibilidad de adentrarnos en el psique humano y conocer partes de este que no se aprecian igual sin este estado alterado de conciencia.
Las primeras investigaciones existentes sobre estas sustancias se realizaron en ratas (como la mayoría de experimentos psicológicos), visualizando con la ayuda de tomografías de sus cerebros la actividad cerebral que se generaba al estar bajo estas sustancias.
La actividad cerebral registrada superó las expectativas de los científicos y los registros previos del límite de actividad que podía generarse en el cerebro, observándose en zonas del cerebro que no se estimaba que podían activarse, o que no se habían activado en conjunto con otras zonas.
Con ayuda de la psilocibina, se realizaron pruebas en las ratas para probar si esta podría borrar reflejos causados por el miedo. Para dicho experimento, los ratones recibieron una dosis baja de psilocibina, para evitar que estos llegaran a tener alucinaciones y fueron sometidos a un estado estresante con descargas eléctricas leves. Para la sorpresa de los investigadores, al realizar este mismo experimento con los ratones bajo los efectos de esta sustancia fue totalmente diferente, estos no presentaron miedo alguno. Teniendo como conclusión después de estas innegables pruebas que la sustancia estructuralmente similar al neurotransmisor endógeno serotonina; la psilocibina, promovía de manera inmediata un aumento de la densidad de las espinas dendríticas y el ancho de las cabezas de las espinas aproximadamente un 10% en comparación con los ratones que no habían recibido psilocibina (Kwan, 2021).
Esto generó mucha curiosidad sobre cómo este compuesto podría ser utilizado en humanos para diversas patologías psiquiátricas. Alex Kwan 2021, profesor asociado de psiquiatría y neurociencia de la Universidad de Yale, asegura que la decadencia en la depresión se da por el aumento de la densidad de las espinas dendríticas, protuberancias minúsculas que están en las células nerviosas y que sirven para la transmisión de información entre neuronas. Estas conexiones sinápticas en las dendritas de las neuronas, se veían reflejadas principalmente en la corteza prefrontal medial, parte del cerebro que juega un papel de suma importancia en el desarrollo de la depresión y la mayoría de las funciones cognitivas.
Diversos estudios de neuroimagen han verificado que con la depresión, varias de las neuronas y vías serotoninérgicas de la corteza prefrontal se atrofian. Las conexiones sinápticas y las espinas dendríticas se debilitan (Valencia, 2018).
Debido a que la psilocibina estimula los receptores de serotonina y genera un aumento en la concentración de dopamina en los ganglios basales de la corteza prefrontal, esta es la sustancia indicada para tratar la depresión.
La forma en la que la psilocibina actúa neurológicamente sigue siendo un hipotético. Al igual que el receptor 5-HT2A de mamíferos, el metabolismo de la psilocibina, la psilocina, altera la dinámica de la red cerebral y juega directa e indirectamente con varias áreas cerebrales corticales y subcorticales. Hasta ahora no se sabe con exactitud cómo es que los efectos duraderos de la psilocibina se reflejan, terapéuticamente sobresalientes, en la alteración a largo plazo de las redes corticales u otros cambios neuroplásticos (Griffiths, 2016).
La eficiencia de la psilocibina para tratar la depresión fue decretada oficialmente a principios de 2016 y 2020. La FDA le otorgó a la psilocibina el estatus de terapia innovadora para la depresión, lo que nos asegura que esta práctica será introducida prontamente como una técnica en la práctica clínica. “Solo cuestión de tiempo para que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés) apruebe el uso terapéutico de los compuestos psicoactivos: en 2023, el MDMA ya podría recibir la aprobación, y la psilocibina uno o dos años más tarde” (Jacobs, 2021).
Recíprocamente, a finales de los 60’s sustancias psicodélicas como el LSD abandonaron los laboratorios y llegaron a la calle de Estados Unidos, con la reputación de ser el juguete peligroso de la contracultura, capaz de inspirar tanto momentos de genialidad como de descenso a la locura.
Dando comienzo así al movimiento de contracultura de los “hippies”, que abogaba hacia los valores de la anarquía no violenta, el pacifismo, la revolución sexual, la preocupación por el medio ambiente y el rechazo al status quo capitalista y al materialismo de Occidente. Espíritu que era lo opuesto al consumismo existente en esa época, y que profesaba una vida simple y desprendida, contraria a las tendencias homogeneizadoras del sistema.
"La adicción a las drogas es el enemigo público número uno de Estados Unidos" (Nixon, 1971). El Gobierno Estadounidense al notar este movimiento contracultural, el cual no les convenía, pues se desarrollaba paralelamente a la guerra de Vietnam, promovió la creación de “falsas creencias” sobre el consumo de estas sustancias, para generar miedo sobre los que llegaran a considerar el consumo de estas. Tales como que el LSD causa la locura, defectos de nacimiento, suicidios y que puede incluso conducir a la gente a cometer asesinatos. Consecuentemente, en 1965 el gobierno de EEUU comienza a prohibir los estudios psiquiátricos de tales sustancias en todo el país, lo que ocasionó la misma reacción en muchos otros países.
El movimiento para marginar los psicodélicos es increíblemente complejo, pues estaba conectado con un movimiento contracultural, un movimiento antibélico y un movimiento antisistema, razón por la cual existían muchos temas en juego.
Esto permaneció oculto hasta 1999, cuando se presentó ante la FDA el diseño de investigación que se llevaría a cabo con el permiso de utilización de estas sustancias, logrando así la reactivación de las investigaciones sobre drogas psicodélicas, después de, básicamente 22 años de inactividad en Estados Unidos.
Por otro lado, al hablar de psilocibina es de suma importancia conocer las raíces de la utilización de esta planta sagrada, pues esta data a miles de años atrás y está fuertemente relacionada con nosotros los mexicanos.
“El género Psilocybe es el que posee mayor importancia dentro de esta familia, ya que es el género de hongos alucinógenos sagrados en México y que poseen un significado místico dentro de diversas etnias indígenas, que han sido practicadas desde tiempos antiguos hasta la actualidad” (Carrera, 2016, p. 15). En efecto, los hongos que cuentan con psilocibina han sido utilizados de forma ritualística por grandes culturas como los aztecas, debido a que estos les proporcionaban una visión espiritual y mística agudizada que les permitía conectar con los dioses o hasta sanar a los enfermos. Demostrándose que al utilizar y aprovechar los milagros que la naturaleza nos provee, podían no solo expandir su mente y conectar con lo divino sino curar su cuerpo físico.
Para entender con mayor claridad el origen de la utilización de esta sustancia debemos de fijar la mirada en las culturas que le dieron vida a este tipo de terapias, cientos de años antes de que esto fuera siquiera pensado por los grandes científicos occidentales.
A través del tiempo, el uso de plantas psicodélicas y hongos en contextos religiosos y ceremoniales data de cientos y hasta miles de años. De hecho, los aztecas le llamaban a una o más especies de hongos con psilocibina Teonanácatl, lo que significa “carne de los dioses”. Recientemente, los clásicos psicodélicos han sido llamados “enteógenos”, un término derivado del antiguo griego que significa “convertirse en Dios” y que es usado para referirse a plantas o drogas ingeridas en un contexto religioso con propósitos espirituales (Griffiths, 2019).
Conviene subrayar el significado que le daban a este tipo de hongos, llamándolos “carne de los dioses” porque se suponía que el alucinado encarnaba en el cuerpo de los dioses, lo que les permitía adorarlos y comunicarse con ellos de manera mucho más profunda y significativa. De manera que al regresar a un estado de conciencia normal estos llegaban a comprender y aludir un significado a tal experiencia. El cual muchas veces se relacionaba con el propósito que estos dioses le habían dado a su existencia.
“Los indios la practicaban como un rito, con una preparación bastante exigente, y cuando el sacerdote hacía las invocaciones en función de descifrar los augurios, de interpretar las premoniciones e incluso de comunicarse con los dioses, previamente hacían una larga penitencia y se dirigían luego camino a Teotitlán” (Aguilar, 2016, p. 3).
Así pues, estas culturas milenarias hicieron uso de este enteógeno como apoyo en muchos aspectos de su vida. Ejemplo que es de suma importancia resaltar, pues son la prueba viviente de que este enteógeno es un maestro para los seres humanos y su constante búsqueda por una explicación de la existencia.
Conviene subrayar como es que este mágico enteógeno llegó a las manos de los científicos norteamericanos, gracias a la sabia de los hongos María Sabina.
María Sabina fue una curandera y chamana mazateca del estado de Oaxaca, México.
Los chamanes existen en muchas culturas alrededor del mundo, estos fungen como sanadores, sabios y mensajeros de la divinidad en sus respectivas comunidades.
El primer acercamiento que tuvo con hongos fue a sus 7 años, mientras caminaba por un cerro junto a su hermana menor, María Ana. De manera impulsiva ambas probaron los hongos, rieron, lloraron y así comenzó a experimentar con los hongos visionarios o “niños santos” como los llamaba ella. Este fue sólo el comienzo de una amarga vida, caracterizada por violencia, pobreza y mucho trabajo para esta sabia curandera, la cual sana a partir del uso ritualístico de este tipo de hongos.
En uno de los relatos de sus trances, María Sabina cuenta: “Hay un mundo más allá del nuestro, un mundo que está lejos, también cercano e invisible. Ahí es donde vive Dios, donde vive el muerto y los santos. Un mundo donde todo ha pasado ya, y se sabe todo. Ese mundo habla. Tiene un idioma propio. Yo informo lo que dice. El hongo sagrado me toma de la mano y me lleva al mundo donde se sabe todo. Allí están los hongos sagrados, que hablan en cierto modo que puedo entender. Les pregunto y me contestan. Cuando vuelvo del viaje que he tomado con ellos, digo lo que me han dicho y lo que me han mostrado” (García, 1957).
Este relato nos muestra la sabiduría de esta curandera, la cual se basaba en la simpleza con la que esta percibía y explicaba la vida, la conexión incondicional que tenía con la naturaleza y el respeto y admiración que le tenía a estos maravillosos “niños santos”
En 1955 Robert Gordon Wasson, un gran etnomicólogo estadounidense, escucha sobre esta curandera y decide emprender un viaje a Huautla para conocer a María Sabina y a sus poderosos hongos, para así poder experimentar una ceremonia con “los niños santos”. Fue así como Wasson obtuvo su investigación, en la cual dió a conocer a María Sabina y sus hongos. Esta fue publicada en 1957 por la revista Life, con el título “En las sierras de México, un banquero neoyorquino participa en antiguos ritos practicados por indios que acostumbran a masticar raros hongos alucinantes”. Dicha investigación era básicamente una guía de campo de hongos psilocibios, que llegó a las casas de decenas de millones de estadounidenses en el peor momento de la Guerra Fría.
Consecuentemente, esto llegó a los académicos de Harvard y otras universidades prestigiosas y luego a los expertos, incluyendo a Timothy Leary, Ram Dass y el doctor Andrew Weil. Pensadores que dedicaron su vida al estudio de estos enteógenos y al descubrimiento de la expansión de consciencia con la ayuda de estos.
Posteriormente, llegaron muchos extranjeros y de un día a otro Huautla se llenó de visitantes buscando a Dios o una experiencia trascendental, mientras que otros solo querían drogarse. Varias celebridades fueron a visitarla y a experimentar el viaje con los hongos, entre ellos, el creador del LSD Albert Hoffman, Walt Disney y el escritor Aldous Huxley. Así mismo, se rumora que músicos como John Lennon, Bob Dylan y Jim Morrison también llegaron hasta la sierra mazateca buscando la sabiduría de los hongos sagrados.
Ya que tenemos un conocimiento mayor de como es que nuestro cerebro reacciona a este enteógeno y el origen de su uso, es que podemos entenderlo para el tratamiento de personas con cáncer avanzado, siendo este el objeto de estudio de nuestra investigación.
A menudo hemos observado que el diagnóstico del cáncer está vinculado con trastornos psiquiátricos como la depresión y la ansiedad, dato que ha sido corroborado en estudios de pacientes con cáncer de mama, las cuales presentaron tasas de depresión más altas que las mujeres sin esta enfermedad, esto se debe a la advertencia que puede llegar a ser el diagnóstico de esta enfermedad (Valderrama, 2018). Se hace este estudio especialmente en personas que padecen algún cáncer avanzado pues, como ejemplifica la cita anterior, estas personas suelen lidiar con fuertes ansiedades y depresiones provocadas por la cercanía que tienen con la muerte y los sentimientos que esta genera.
Quien toma estos hongos sagrados es conducido a una realidad donde la percepción está extraordinariamente agudizada; todo lo vivido bajo este estado suele tener una fuerte carga emocional. Capaz de hacernos vivenciar lejanos recuerdos biográficos, tener comprensiones de la realidad que antes no habíamos sido capaces de entender. Muestra a quien se atreve a mirarlo, aspectos trascendentes de su propia existencia y de su lugar en el mundo en una forma en la que es difícil esconderse tras los engaños y máscaras que nos ponemos en nuestra vida cotidiana que aparecen ante nosotros con total claridad (Serrano, 2009, p. 170).
Dicho de otra manera, la psilocibina es un guía que te lleva de la mano a través de tu mente, tus recuerdos y sentimientos mostrándote tal y como eres: pura y sin barreras.
Por lo que este enteógeno en particular, es el ideal para tratar padecimientos cercanos a la muerte, ya que es un viaje donde conectas con lo más profundo de tu ser y te encuentras en un lugar de espacio infinito al simplemente estar presente. Experimentando optimismo, empatía, amor, trascendencia del tiempo y espacio, y sobre todo agradecimiento por la existencia.
Para ejemplificar pondremos como caso el estudio que realizó Richard Griffiths en este campo. Las sesiones espirituales experimentales de psilocibina incrementaron los significados personales de la experiencia, el bienestar o la satisfacción de la vida gracias a la experiencia. Ningún participante tuvo una disminución en su bienestar o su satisfacción de la vida a los 2 meses o 14 meses después (Griffiths, 2008). Erradicando así el miedo que existía en muchos de los participantes de “salir peor” de las sesiones que al llegar, tomándolos por sorpresa pues nadie imaginaba lo que estaban a punto de presenciar.
Gracias al recuerdo de estado de conciencia trascendental, mucha gente reporta menos ansiedad, menos depresión, menos preocupación por el dolor, relaciones interpersonales más estrechas, y posiblemente lo más importante de todo, declaran haber perdido el miedo a la muerte. Recalibraron y replantearon su visión de la muerte, desencadenando de esta manera a que se sintieran más cómodos con la vida.
En pocas palabras, la psilocibina cambia la forma en la que se ven a sí mismos y a los demás con una sola experiencia. Entendiendo la esencia de esta experiencia mística como el misterio de la existencia misma, lo que significa estar vivos. Esto es una inspiración y motivación para quienes lo comprenden. En general, hay una sensación de ser parte de una red más grande, sintiendo que están conectados de alguna forma significativa con todos los átomos del universo.
Conclusiones:
Dicho todo lo anterior, puede concluirse que la psilocibina es y siempre ha sido un enteógeno con la capacidad de sanar psicológicamente a los seres que la consumen, debido a que tiene la capacidad de liberar grandes cantidades de dopamina, serotonina en el cerebro y aumentar la comunicación neuronal. Logrando a su vez, que el sujeto tenga un acercamiento espiritual y místico sobre la vida, su significado, su disfrute, sus pesares y consecuentemente la muerte misma. Reconstruyendo el valor y significado que le había sido dado a estas situaciones, generando un gozo, agradecimiento, disfrute por la vida y sus placeres. Pero a su vez, explorando la muerte desde otra perspectiva, dejando atrás el miedo irracional a la muerte y abrazándola como algo que es inevitable y parte de la vida de todos los seres humanos, deconstrucción que genera motivación en los seres que la comprenden, pues se dan cuenta que la vida es un privilegio y que el hoy y el ahora es lo más puro que tenemos. De manera que al ser vivida esta experiencia por personas con cáncer terminal, las cuales lidian con la cercanía a la muerte día con día, son liberadas de estos temores y las repercusiones psicológicas que se generan gracias a esto, como son la depresión y ansiedad.
La impresionante habilidad de la psilocibina para tratamientos psicológicos es cada vez más investigada y tomada en cuenta por los grandes científicos del mundo, a su vez los problemas psicológicos en el mundo son de mayor preocupación, lo que nos da razón de la gran necesidad por el estudio de estas medicinas sagradas para el tratamiento de la salud mental.
Debido a los resultados obtenidos en la investigación, podemos afirmar que estos fueron exitosos para confirmar la hipótesis presentada al principio de la investigación: la utilización de la psilocibina en intervenciones psicológicas para pacientes con cáncer avanzado. Pudiendo demostrar las ventajas que este tipo de terapias tiene en el ser humano, y más específicamente en los que lidian con la muerte.
Dicha investigación fue realizada bajo delimitaciones específicas, tales como el estudio de estos enteógenos hasta hoy en día en solo una parte determinada de la población (enfermos con cáncer), y siendo la más importante, la no tan extensa cantidad de estudios que han sido realizados sobre este compuesto. Siendo esta investigación una recopilación/interpretación de los datos obtenidos a través de la bibliografía consultada, asimismo pudiendo este no ser coincidente con otras investigaciones no revisadas en este trabajo.
En definitiva, el estudio de las medicinas sagradas como la psilocibina en la psiquiatría y psicología es el futuro de estas grandes disciplinas y de la apertura de conciencia humana, por lo que es de suma importancia su normalización experimental y el conocimiento de estas. En pocas palabras, la psilocibina nos lleva a emprender un viaje hacia nuestro interior para reconocer nuestro ser creador, sanar y celebrar la vida.
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